Asesino de Reyes Wiki
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Cita1
«Los búhos son sabios. Son cuidadosos y pacientes. La sabiduría excluye la audacia. Por eso los búhos no son buenos héroes.»
Cita2
- Auri.
Auri
Auri
Información biográfica
Nombre completo

Auri

Otros nombres

Pequeño duendecillo lunar

Descripción física
Especie

Humana

Género

♀ Femenino

Color de cabello

Rubio, largo

Información personal
Ocupación

Estudiante de la Universidad (antes)

Campo de estudios

Alquimia, Nominación

Residencia

La Subrealidad

Auri es una antigua alumna de la Universidad y gran amiga de Kvothe. Vive en la Subrealidad.

Descripción[]

Es una chica joven con el pelo rubio y fino. El hecho de que lo tenga tan largo hace que flote alrededor de su cabeza como si fuera una nube. En cuanto a su edad, es descrita como unos años mayor que Kvothe. Es muy maniática con respecto a su vida personal y sobre todo con temas de limpieza y decoro, como demuestra al rechazar prendas de ropa de segunda mano que Kvothe le regala.

A pesar de vivir en un lugar peligroso como es la Subrealidad y tener un comportamiento un tanto excéntrico, es muy inteligente y capaz de cuidar de sí misma. Además demuestra tener habilidades en Alquimia y posiblemente en Nominación.

Pero el hecho de vivir aislada del resto, bajo la Universidad, ha hecho mella en ella, dejándola desnutrida por la falta de comida. Kvothe piensa en ella como "su duendecillo lunar".

En la Crónica[]

El nombre del viento[]

Auri and kvothe by manweri-d9ggl69

Kvothe tocando el laúd para Auri, por Manweri.

Auri aparece por primera vez espiando furtivamente a Kvothe mientras practica con su laúd en un patio abandonado de la Universidad. En unos ciclos Kvothe entabla amistad con ella, no sin antes aprender una regla básica sobre Auri: "No hacer ninguna pregunta con el más leve matiz personal".

Ante cualquier pregunta de este tipo Auri se escapa y no aparece hasta pasados unos días, por lo que Kvothe pronto aprende a actuar con cautela. Más tarde, Kvothe está ensangrentado, y ante la referencia de Auri sobre los Amyr, concretamente losCiridae, Kvothe la pregunta sobre cómo podía saber quién son los Amyr, ante lo que Auri se escapa inmediatamente.

De vez en cuando, Auri le regala un objeto a Kvothe durante sus encuentros, y Kvothe hace lo propio con ella, aunque se traten de objetos corrientes sin más valor que el sentimental o el que cada uno quiera darle. Hacia el final, Kvothe le presenta a Mola, de quien Auri se esconde en un principio, por miedo a que revele su paradero y la encierren en el Refugio.

Auri le enseña la Subrealidad a Kvothe, llevándole a través del laberinto subterráneo. Allí descubre unas extrañas maquinarias obsoletas de gran tamaño, vestigio probable de una antigua civilización. También descubre aquí la manera secreta para acceder al Archivo, entrando en él desde una sala de ventilación.

El temor de un hombre sabio[]

Auri visita a Kvothe en su habitación de Anker's cuando este rompe a llorar al recordar a sus padres, bajo los efectos de la plombaza. Durante uno de sus encuentros con Kvothe, este acude con Elodin a la cita, al que Auri ya conoce, aunque apenas se hablan. Cuando Kvothe vuelve de su viaje, le ofrece esconder cosas, lo que este aprovecha para esconder su espada Adem.

La música del silencio[]

Se revela que Auri estudió Alquimia en la Universidad con el maestro Mandrag. Con ayuda de Foxen, busca por toda la Subrealidad una serie de regalos para Kvothe, que sabe que llegará en el séptimo día. Al final del libro demuestra tener una gran habilidad para la Nominación, cuando se queda sin tiempo para preparar el regalo de Kvothe. Probablemente sea debido a sus conocimientos sobre la Nominación por lo que quedó mentalmente inestable.

Regalos[]

Auri y Kvothe de vez en cuando se regalan el uno al otro una serie de cosas corrientes que describen de una forma casi fantástica. Los regalos que Auri le hace a Kvothe son:

  • Un anillo de madera
  • Un beso
  • Una vela con forma
  • Una llave
  • Una moneda

Además, ofrece a Kvothe a vivir con ella en la Subrealidad si las cosas se le ponían feas.

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